8. Aproximación



Hoy ya no me importa nada, ni tengo claro que es lo que quiero. Me gustaría saber cuál es el siguiente paso a dar y así no entrometerme más en tu vida. Yo asumo mi derrota, me envuelvo en mi manta de tristeza gris y que pase el tiempo que tenga que pasar para darme cuenta de que ya no siento nada por ti. Es lo mejor para los dos.

Hoy ya no me importa nada, y tus llamadas sólo me hacen recordar que estás aún presente en mi vida, haciendo que mí corazón vaya por delante y que los nervios se instauren en mi estómago, como cuando te invade un sentimiento de culpabilidad al que no sabes hacer frente. Ahora mismo no quiero saber nada de ti. Espero que lo puedas entender, aunque te lo haga saber de esta manera.

Hoy ya no me importa nada, ni siquiera yo. Ya no me conozco. Pensaba que era más fuerte, que podría llevar la situación mejor de lo que la estoy llevando. De hecho, cualquier situación sería mejor que ésta. Es tal la frustración que siento que, de golpe, se convierte en un fracaso personal.

Hoy ya no me importa nada, y el pesimismo no ayuda tampoco a superarlo. Oculto el orgullo, debo recordar que no se puede gustar siempre a todo el mundo. Tengo que hacerme a la realidad que nuevamente me toca vivir.

Hoy ya no me importa nada, e iba deambulando por la ciudad con todos estos pensamientos hasta que alguien me ha tocado en la espalda. Al girarme, la visión me ha sobrecogido.

Hoy ya no me importaba nada.
Ahora sólo me importas tú.

1 comentario:

esther magar dijo...

He de dejar constancia que a mi me ha encantado :)